¿COMO SOBREVIVR EN  BIRMANI SIN DOLARES NI CAJEROS?

Nos han pasado tantas cosas en estos últimos días, que no sé  por dónde empezar. En mi último post me despedía en el Norte de Myanamar. Cogimos un barco desde Myshima hasta Bhamo, 17 horas en un “barco”, sentados en un trozo de madera, con locales, motocicletas y cómo no una gallina revoloteando por el barco. El paisaje es bonito y el río es enorme. Llegamos a Bhamo una ciudad de unos 20.000 habitantes al lado del río y encontramos el mejor hotel calidad precio. Nos dieron una habitación con 3 camas enormes, televisor, aire acondicionado por solo 14 dólares. En este país la comida es barata, pero tanto los hoteles como el transporte es caro. Es difícil encontrar una habitación por menos de 6 dólares por persona y los autobuses cuestan alrededor de 12 dólares, dependiendo del trayecto y las distancias.

En Bhamo, cogimos un barco hacía Mandalay. Había dos opciones un barco público del gobierno que tardaba unos dos días y un barco  privado que tarda un día. Por tiempo decidimos coger el privado. Salen cada 2 o 3 días y el primero que salía era el privado. Pagamos 60 dólares. El barco salía a las 5 de la mañana y la supuesta llegada era a las 21.oo horas del mismo día. Éramos los únicos turistas. El barco iba a tope, con sacos, motocicletas, barriles, vaya todo lo que te puedas imaginar en un barco. A nosotros nos dieron una cabina, porque somos turistas. La cabina era pequeña pero al menos tenías un poquito de espacio para ti, la gente va sentada en unos asientos, en el techo del barco, dónde pueden. Cuando llevábamos un ratito en el barco, entro un hombre enfermo con una parálisis de la mitad del cuerpo en nuestra cabina, lo tenían una silla, y dos chicas lo cuidaban. Al final éramos  unas 7 personas en la cabina, con la silla, maletas, bolsas. La experiencia es indescriptible, los paisajes desde el río, la puesta de sol en el techo del barco y el cielo estrellado. Es una de las mejores experiencias fumarse un cigarrillo en la cubierta de un barco, de noche en medio de un río en Myanamar mirando hacia el cielo, el universo en tus pies. Cómo os podréis imaginar no llegamos a las 21.00 horas, el barco paro en el medio del río a las 23.00 horas.  No lleva luz, solo un pequeño faro que van  girando con la mano. Hay sitios donde no hay suficiente profundidad y el barco se queda enganchado. Nos paso varias veces, los locales bajan y con palos se ponen a empujar el barco. Durante todo el trayecto puedes ver buscadores de oro, son unas tierras muy ricas en piedras preciosas y barcos removiendo la tierra y filtrando la arena para encontrarlas, esto también hace que cambien los sedimentos del río y que cada vez los barcos tengan más dificultad para navegar.

Finalmente llegamos a las 7 de la mañana del día siguiente a Mandalay después de 27 horas en nuestra formidable cabina. Aquella noche
dormimos como un tetris, los pies de Carles en mi cara, los míos en la suya, culo contra culo con una chica Birmana.

Al llegar a Mandalay, empezaba nuestra segunda parte de la aventura en este país. Para los que no lo sepáis, es literalmente imposible sacar dinero en efectivo en este país. No se puede utilizar la tarjeta de crédito y no hay cajeros para sacar dinero, así que tienes de entrar al país con suficiente dinero. Yo llevaba dinero para todo el mes, pero Carles no! El
pensaba pasar solo unos 15 días en Myanamar, pero al conocernos y llevarnos bien, decidió quedarse todo el mes y viajar juntos. Solo nos quedaban 160 euros para cambiar y nos quedaban más de 10 días en el País. Nos pasamos el día entero en Mandalay preguntando en todos los hoteles, si podíamos sacar dinero, y nada de nada. Cambiamos mis últimos euros e hicimos cálculos de la cantidad que nos debíamos gastar cada día. Esa misma noche cogimos un tren hacía Bagan. Como teníamos el problema del dinero cogimos la clase ordinaria, con todos los
locales, 4 dólares sentados 9 horas en un banco de madera cómo los que te puedes encontrar en España en un parque. Coger un tren en este país es una experiencia inolvidable y peligrosa a la vez. Descarrilan muchas veces, los trenes son súper antiguos. La gente nos había avisado, pero como siempre hasta que no lo vives en tus propias carnes no sabes lo que es. Vas de lado a lado, botando toda la noche, la gente duerme en el suelo, debajo de los asientos y de vez en cuando van cayendo paquetes y bolsas del tejado de lo que se mueve. Fue una noche larga y dura, porque veníamos agotados del barco, dónde casi no habíamos podido dormir y nos habíamos pasado el día en Mandalay buscando dinero.  Al fin llegamos a las 5 de la mañana a Bagan, la ciudad de los 4000 templos. Dicen que es la joya del País y es realmente impresionante. El paisaje la atmosfera es inconfundible. Buscamos el hostal más barato de todos, negociamos con el dueño y nos dejo una habitación por 8 dólares entre los dos. La primera noche fuí comida literalmente por millones de pulgas, me levante con los brazos y las piernas llenas de picaduras. Estaba desesperada, pero no nos podíamos permitir cambiar de sitio así que le pedimos cambiar de habitación. Menos mal que la nueva habitación no tenía estos amiguitos en la cama. Nos alquilamos todos los días una
bicicleta y recorrimos los 4000 templos con nuestra bicicleta. Dicen que
actualmente solo quedan 2000 templos, porque por las lluvias y los terremotos se han derrumbado unos cuantos. Tuvimos la gran suerte de encontrar un restaurante que nos hizo un buen precio con la comida. El primer día pedimos el menú y vimos que no nos lo podíamos permitir, así que cuando nos íbamos a ir, el chico nos dijo, venga que la comida está muy buena, y nosotros le explicamos que no teníamos dinero para pagar esos precios, el con una gran sonrisa y amabilidad nos dijo, pagar lo que podáis de verdad, entiendo vuestra situación. Ha sido tan amable con nosotros, hemos ido cada día a comer y cenar y la comida estaba  realmente exquisita. Nos pedíamos los platos económicos y siempre nos regalaba un postre. Gracias Ye  Win. Este tipo de gente te hace creer todavía más en que realmente se puede salvar el mundo. Después  de 5 días en Bagan cogimos un autobús nocturno en dirección a Yangon, la antigua capital. Este destino debía ser nuestra salvación y poder encontrar algún sitio dónde sacar dinero. En el autobús había un chico americano que le explicamos nuestra situación y sin siquiera pedirle nos ofreció el dinero. Así que God Bless America. Nos salvo de unos días de nervios y casi desesperación. En estas situaciones pones al límite tu paciencia y aprender a valorar todo mucho más. También con Carles supimos llevar bien la situación, porque sin realmente conocernos  nos hubiéramos podido mandar a la mierda tantas veces. El dinero que nos dejo el americano nos dio para poder visitar la última parte de Myanamar el sur, la famosa Golden rock. Es una roca suspendida encima de otra roca, que según los birmanos es mágica porque rompe las estadísticas de la gravedad. Es muy bonita y el paisaje que la rodea también. Para llegar tienes de subirte a u camión con 45 personas por un trozo realmente empinado, el paisaje es espectacular pura jungla y la experiencia vale la pena aunque acabes con el culo como una piedra.
Pasamos 2 días en el sur y volvimos para Yangun para coger nuestro vuelo de vuelta a Bangkok. Sinceramente ha sido un mes increíble, disfrutando con una compañía excelente, con mil experiencias y situaciones que estoy segura que no podré olvidar en mi vida. A veces es bueno encontrarte sin dinero para saber apreciar todo lo que tienes y valorar cada comida, helado, plato y botella de agua que bebes. Me gustaría finalizar este post dándole las gracias a mi compañero de
aventuras durante estos días. Te echaré de menos Carles, espero que nos volvamos a cruzar en algún momento de este viaje. Mil gracias.